Coleccion: Actualidad Juridica - Tomo 273 - Articulo Numero 12 - Mes-Ano: 8_2016Actualidad Juridica_273_12_8_2016

Efectos del homicidio por arma de fuego en el cuerpo humano

Rikel VARGAS MELÉNDEZ*

RESUMEN

Mediante un trabajo descriptivo, el autor desarrolla los principales efectos que los proyectiles de arma de fuego ocasionan en el cuerpo. En tal sentido, analiza la relación entre el homicidio, el arma de fuego y la escena de crimen, para luego describir desde los cursos del proyectil hasta los tipos de herida que pueden encontrarse en el cuerpo de la víctima. Finalmente, el autor concluye que la importancia de la ubicación y trayectoria de las heridas por arma de fuego radica en su utilidad para la reconstrucción de los hechos.

MARCO NORMATIVO

Código Penal, D. Leg. Nº 635 (24/04/1991): art. 108.

PALABRAS CLAVE: Homicidio / Arma de fuego / Proyectil / Heridas

Recibido: 06/06/2016

Aprobado: 14/07/2016

I. GENERALIDADES

En el presente comentario realizaremos un estudio del homicidio por arma de fuego, porque en la actualidad la gran mayoría de homicidios se producen con instrumentos letales como son las armas de fuego. Teniendo en cuenta que los homicidas cuando utilizan armas de fuego para dar muerte a sus víctimas, estas dejan información, pero la que queda en la escena del crimen es una información perteneciente al arma de fuego, por razones que cada arma de fuego tiene su propia información y su propia historia que contar. La historia que cuenta el arma de fuego es la trayectoria delincuencial de quien lo utiliza o porta.

También analizaremos el cuerpo del cadáver, de las heridas que quedan plasmadas en dicho cuerpo; porque ello representa una información muy valiosa, gracias a la cual se permitirá brindar al investigador de la posible distancia y posición que adoptó el homicida al momento de materializar el acto delictivo y consumar los hechos.

II. ¿QUÉ SE ENTIENDE POR HOMICIDIO?

Antiguamente, homicidio era con las grafías arcaicas de homicillo, el tributo que se imponía a los pueblos que se negaban a entregar al reo que en la jurisdicción de ellos había cometido una muerte injusta1. El homicidio es, sin duda, el delito más grave, por cuanto se priva a un semejante de un bien jurídico irremplazable, cual es la vida. Por eso, todos los codificadores, sin excepción, lo castigan con severidad.

El homicidio es la muerte causada a una persona por otra. Julius Clarus lo define como la muerte de un hombre ocasionada por otro hombre. El homicidio es la privación de la vida de una persona causada por otra u otras personas consistentes en la privación injusta de la vida de una persona.

Hablamos de homicidio cuando se suscita el atentado o destrucción de la vida independiente, teniendo en cuenta que esta abarca desde el nacimiento hasta la muerte. Asimismo, desde un enfoque constitucional la vida es considerada como una de las dimensiones que irradian y dan nacimiento a los demás derechos fundamentales por las siguientes consideraciones: Luis Castillo Córdova indica que la naturaleza humana es una realidad pluridimensional, es decir, que se manifiesta en ámbitos de dimensiones distintas y a la vez complementarias entre sí. Al menos cuatro son estas dimensiones: una dimensión material y otra espiritual, junto a una dimensión individual y otra social2. En cuanto a la dimensión material, la materia que conforma la naturaleza humana es lo que se denomina cuerpo. El cuerpo de una persona presenta una serie de exigencias y necesidades. La primera de ellas es la de mantenerse con vida, es decir, existir3. En cuanto a la dimensión espiritual, se reconoce en la persona humana una fuerza que anima su cuerpo y que es capaz de determinarlo y de dirigirlo en su actuación4. En cuanto a la dimensión individual, se dice que cada persona es una realidad irrepetible, y con relación al ámbito social, la persona siempre busca convivir en sociedad, relacionarse con otras personas porque es ella su hábitat donde busca cada día perfeccionarse por el solo hecho de que el hombre es un ser imperfectible.

Pero todas estas dimensiones que conforman la estructura del ser humano serán alcanzadas y logradas siempre y cuando ese ser humano tenga vida, porque la vida es la base y el soporte para que todos los demás atributos o dimensiones se satisfagan, de lo contrario todo se destruirá. De ahí se parte que la vida es un bien jurídico tutelado por el Derecho Penal.

III. LA MUERTE

Es la que pone fin a la vida. En la Reunión Internacional sobre Trasplantes, verificada en Ginebra en junio de 1968, el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS)5, llegó a la conclusión de que la muerte es la abolición total e irreversible de las funciones cerebrales.

Se puede definir a la muerte como la desaparición de todas las actividades bilógicas, decía Bichat, seguido por Luna Maldonado, que la muerte es un proceso cronológico que conduce a una catástrofe fisiológica. Si bien en el lenguaje coloquial se habla del momento o del instante de la muerte, desde un punto de vista científico no existe el instante de la muerte, aunque este se identifique con el cese de los latidos cardiacos (el último latido) o de los movimientos respiratorios (el último aliento)6. Ahora, la muerte puede ser por causas naturales o violentas:

1. Muerte natural

Es aquella que se llega a suscitar sin la intervención de ninguna fuerza extraña al organismo; es decir, la destrucción de la vida se da por el transcurso del tiempo como puede ser el envejecimiento que hasta la fecha es algo que el hombre no ha logrado superarlo o crear algún mecanismo para detenerlo, siendo ello una de las causas primordiales de muerte; sumado a ella tenemos las enfermedades que incrementan el riego de la salud, que conforme se van haciendo crónicas se convierten en algo irreversible.

2. Muerte violenta

Dentro de las muertes violentas tenemos a las accidentales, suicidas y criminales.

A) Muerte violenta accidental. Esta muerte es la ocasionado sin el dolo; es decir, no hay intención de dar muerte o quitarle la vida a un ser humano.

B) Muerte suicida. Es el atentado contra la vida de uno mismo. También se dice que es la muerte producida por uno mismo con una finalidad de poner fin a su vida; las causas o motivo pueden ser muchos, como problemas familiares, económicos, decepciones amorosas, problemas de salud y otros, etc. En el siglo XX se tenía otro enfoque, había casos en que el suicida no llegaba a fallecer o no culminaba su intento de poner fin a su vida7, de ahí la gran curiosidad por el estudio del hombre suicida en llegar a saber el porqué de la decisión de querer poner fin a su vida.

Por otro lado, de los estudios realizados en muertes por suicidio se ha llegado a establecer que el 65 % de las personas utilizan arma de fuego; las otras formas de muertes suicidas están enmarcadas en la utilización de veneno, sobredosis de droga, ahorcamiento y otros, etc. De esto se puede decir que más del 50 % de las personas que utilizan arma de fuego para quitarse la vida se debe a que es un instrumento letal, donde la persona decidida a quitarse la vida, quiere asegurar su propia muerte, sin espacios de sufrimiento para él.

C) Muerte criminal. Dentro de este tipo de muerte criminal, es el que se ocasiona especialmente por terceras personas con el animus de matar a alguien, donde la muerte puede ser por muchas finalidades: por lucro, codicia, para facilitar otro delito u ocultarlo. La muerte criminal en la actualidad el 80 % es ocasionada por arma de fuego, de lo cual más adelante será materia de estudio de los efectos que ocasionan los proyectiles cuando ingresan al cuerpo humano y la importancia de este como fuente de investigación.

IV. EL HOMICIDA Y SU RELACIÓN CON EL ARMA DE FUEGO

Antes de adentrarnos al tema de fondo lo que significa la relación entre el homicida y el arma de fuego, debemos tener un claro concepto de lo que es el homicida y arma de fuego.

Homicida. Es el que ocasiona la muerte de una persona, que puede ser por diferentes motivos, ya sea por lucro, placer, codicia u otras modalidades que contempla nuestro ordenamiento jurídico.

Arma de fuego. Es aquel instrumento que utiliza la fuerza expansiva de los gases producidos por la deflagración de la pólvora para proyectar o lanzar un proyectil con destino a un determinado objetivo que puede ser el cuerpo humano o cualquier objeto.

Entonces, luego de esta conceptualización de lo que es homicida y arma de fuego, debemos tener presente que entre el homicida y el arma de fuego hay un vínculo estrecho, por las razones que el homicida para consumar su delito siempre en su gran mayoría utiliza un arma de fuego, por ser eficiente y letal. Pero, lo más importante de esto es que el homicida cada vez que utiliza su arma de fuego para dar muerte a una persona, deja información en la escena de crimen, y esa información es inevitable para el homicida que pueda borrarla, porque el proyectil lanzado desde un arma de fuego va a parar en el cuerpo de la persona y ese proyectil es el que transporta el ADN del arma utilizada por el homicida.

Cuanto más utilice el homicida su arma de fuego, más información dejará en el cadáver. Es ahí que el arma de fuego se convierte en el talón de Aquiles del homicida, porque es la propia arma que en un futuro delatará a la persona que lo utilizó, de ahí se desprende que cada una siempre tiene algo que decir, en este caso la historia de un homicidio. Es por eso que se dice que entre homicida y arma de fuego hay una relación, una historia que contar, pero la historia la cuenta su arma del homicida y no él.

V. EL HOMICIDA Y SU RELACIÓN CON LA ESCENA DEL CRIMEN

No solo existe relación entre el arma de fuego y el homicida, sino también entre el homicida y la escena de crimen, pero esa relación es a través de la información que se cruza entre homicida, arma de fuego y escena de crimen, aquí ingresa a tallar el valioso principio de intercambio; cuando una persona materializa un delito, siempre deja cosas o indicios en la escena, pero al mismo tiempo se lleva cosas.

Por esta relación de información se dice que la escena de crimen es el manantial de la información; es aquel lugar donde fluyen datos importantes como consecuencia de un delito8.

El homicida cuando materializa un delito y, por ende, crea una escena de crimen, deja información valiosa en la propia escena como también en el cuerpo del cadáver, en este caso la información es ocasionada por los proyectiles disparados por arma de fuego.

La persona que es atentada por otra, provista de arma de fuego y, por ende, le quita la vida, su cuerpo se convierte en una fuente de información en la escena de crimen que será materia de examen por parte de los expertos en las ciencias forenses.

Las armas de fuego al ser utilizadas y entrar en funcionamiento lanzando un proyectil hacia su blanco objetivo generan efectos, los que en el cuerpo se les conoce como heridas ocasionadas por arma de fuego, donde estas tienen información que orientará al perito en cuanto a la posible distancia y posición del homicida.

A continuación, entraremos al estudio de los efectos que generan los proyectiles al entrar en contacto con el cuerpo humano, para ello realizaremos el estudio y análisis de las heridas por arma de fuego.

VI. HERIDAS OCASIONADAS POR ARMA DE FUEGO

Las armas de fuego al entrar en contacto con los cartuchos, no tan solo dejan información en los casquillos y proyectiles, sino también dejan información en el cuerpo del cadáver a través de los proyectiles que ingresan a este; pero esta información no corresponde a la identificación del arma de fuego, sino más bien nos permite tener ciertos indicios que el homicida se encontraba a una distancia x con relación a su víctima; y ello nos permitirá dar un alcance con fundamentos científicos a fiscales y jueces, de cuál fue la posición y distancia aproximada del homicida con relación a su víctima.

A continuación, daremos algunos conceptos básicos para fines de un mejor entendimiento:

Cartucho. El cartucho es el conjunto de elementos que lo conforman, entre ellos tenemos: el casquillo que sirve como depósito para el alojamiento de la pólvora, fulminante y el proyectil. Es importante hacer de conocimiento que un cartucho hallado en una escena no tiene información para llegar a establecer identidad balística, lo único que nos permite un cartucho es tener un indicio acerca del calibre y para qué tipo de arma de fuego puede ser utilizada.

Casquillo. Es el componente que contiene información valiosa acerca del arma de fuego que entró en contacto con ella, es decir, la que lesionó el fulminante. El casquillo es el elemento balístico que luego de haber sido lesionado por la aguja percutora sobre el fulminante, este es expulsado hacia el exterior a través del expulsor; este queda exteriormente en la escena de crimen listo para ser recogido y trasladado a laboratorio por los peritos forenses. El casquillo será hallado en la escena de crimen si es que el homicida utilizó arma de fuego de tipo pistola, fusiles o escopetas modernas que contienen expulsor; de lo contrario, si el homicida utiliza revólver, este no dejará ningún tipo de casquillo, porque ello se va alojado en el tambor del arma.

El fulminante. Es el agente de ignición para producir el disparo. En efecto, cuando el fulminante es golpeado por la aguja percutora del arma de fuego, se produce la ignición y sublimación de los elementos constituyentes del mismo, que dan origen a una especie de nube de partículas que circundan el arma, para luego precipitarse en forma de nube sobre el tirador, alrededor de un metro en su diámetro.

Proyectil. Es el elemento o componente de un cartucho que realiza el recorrido por el interior del tubo cañón luego de producirse la combustión de la pólvora.

1. ¿Qué elemento balístico ingresa al cuerpo?

Como se ha dicho anteriormente, cuando el arma de fuego es utilizada por el homicida, esta entra en contacto con los cartuchos, los que son lesionados por el fulminante a través de la aguja percutora; luego, se produce la combustión de la pólvora en el interior del casquillo, para posteriormente por la alta combustión que provoca la pólvora, el proyectil sale lanzado por la boca del tubo cañón y termina perforando o penetrando el cuerpo de una persona o cualquier otro objeto que se convierte en el blanco objetivo.

Ahora, para fines de un mejor entendimiento; cuando el homicida utiliza arma de fuego de largo alcance como son los fusiles, subametralladoras, escopetas y otros, las heridas a corta distancia son consideradas hasta un metro con cincuenta centímetros; es decir 1.50 metros, luego de esa dimensión a más, las heridas serán consideradas a larga distancia.

Tratándose de armas de fuego de corto alcance como son los revólveres y pistolas desde el calibre 22 hasta el 9 mm parabellum, se considera corta distancia hasta los 50 cm; es decir, desde cero hasta los 50 cm; luego, desde los 50 cm a más, se considera heridas a larga distancia. Ahora, para ambos casos, tanto para armas cortas como de largo alcance, la posible distancia siempre se considera desde la boca del tubo cañón hasta el cuerpo de la víctima.

Por otro lado, las heridas por arma de fuego pueden ser de dos tipos: de curso penetrante y las de curso perforante, sin interesar la distancia a la que haya sido asesinada la víctima.

VII. HERIDAS DE CURSO PENETRANTE

Se les conoce como heridas de curso penetrante a todas aquellas que solo poseen un orificio de ingreso, pero no de salida; entonces, en este caso, son penetrantes porque el proyectil que es lanzado desde un arma de fuego, ingresa al interior del cuerpo de la víctima, pero sin realizar su salida. Estas heridas se caracterizan por poseer solo un orificio de ingreso.

VIII. HERIDAS DE CURSO PERFORANTE

Estas heridas son las que poseen un orificio de ingreso y otro de salida; es decir, el proyectil al momento de realizar su viaje a una alta velocidad perfora el cuerpo de la víctima. En este caso de heridas de curso perforante debemos tener en cuenta que el orificio de ingreso posee un diámetro menor que la salida. Entonces eso es una de las características que nos permite diferenciar cuál es el orificio de ingreso y cuál el de salida.

IX. ORIFICIOS DE ENTRADA VERSUS ORIFICIOS DE SALIDA

Como se ha dicho en párrafos anteriores, las heridas u orificios por lo general algunas solo van a tener un ingreso (penetrante) pero otras van a estar conformada por uno de ingreso y otra de salida (perforantes), pero que es ocasionada por un mismo proyectil como continuidad de su trayectoria.

1. Orificio de ingreso

Es una herida contusa-erosiva que presenta ciertas características, porque cuando el proyectil entra en contacto con la piel deja ciertas marcas de penetración. Estas pueden ser:

a) Anillo contuso-erosivo

Son las que presentan cierta irregularidad de los bordes. El proyectil al atravesar la epidermis la deprime en forma de dedo de guante. En ese mismo sentido siguiendo a Alberto Teke, la epidermis desprovista de elasticidad se desgarra en la base del cono de depresión por el movimiento lineal y giroscópico del proyectil y forma una erosión que circunda el orificio de entrada, constituyendo el anillo erosivo que se deseca y apergamina a las pocas horas. Este anillo sirve para orientar la inclinación del disparo, ya que en disparos perpendiculares a la superficie del cuerpo, su dimensión es uniforme en todos sus contornos; en cambio muestra un lado más ancho cuando el disparo es oblicuo y el lado angosto indica la dirección a dónde va el proyectil.

b) Anillo de limpieza del proyectil9

El proyectil, luego de la combustión de la pólvora que se realiza en el interior de la recámara del arma de fuego, este sale lanzado hacia el exterior con dirección a su blanco objetivo; pero, durante su recorrido por el interior del anima del tubo cañón este arrastra impurezas, las que van adheridas al cuerpo del proyectil; cuando este toma contacto con el cuerpo de la persona rompe la piel al ingresar, y es ahí donde todas esas impurezas quedan en los bordes, conociéndose como anillo de limpieza, estas impurezas pueden ser aceites, polvos, partículas metálicas, pequeñas fibras textiles y otros. Entonces esas partículas se limpian en los bordes del orificio de ingreso, formándose un anillo de color oscuro alrededor del mismo.

X. HERIDAS OCASIONADAS A CORTA DISTANCIA

El perito o experto en balística forense, debe estar en la capacidad de poder determinar si la herida que se encuentra en el cuerpo de un cadáver o cualquier otra víctima lesionada por arma de fuego ha sido ocasionada a corta distancia o a más.

Para ello se realizará un análisis de la herida, la que por las características que presenta, el perito podrá llegar a una conclusión de la posible distancia que se encontraba el homicida al momento de dar muerte a su víctima.

1. Heridas por contacto

Estas heridas se caracterizan porque la boca de fuego del arma está sostenida contra la superficie del cuerpo de la persona. El contacto puede ser: fuerte, flojo, anguloso o incompleto10.

Las heridas por contacto fuerte son las que se ocasionan cuando el homicida presiona fuertemente su arma de fuego contra la piel o cualquier otra superficie de su víctima. Estas heridas son reconocidas al momento de realizar el examen en el cuerpo, porque los bordes inmediatos de la entrada están chamuscados por los gases calientes de la combustión y ennegrecidos por el hollín11.

En las heridas por contacto flojo, aquí el arma de fuego entra en contacto con la piel de la víctima, sosteniéndose suavemente. Estas heridas son reconocidas porque presentan bordes con mayor depósito de hollín; es decir mayor diámetro de bordes negruzcos. En este caso, el arma de fuego al no ser presionada fuertemente por el homicida, hay una pequeña luz de liberación de los gases que no terminan de combustionarse, ello es la causa de tener heridas de esta naturaleza con mayor diámetro de bordes negruzcos. Como dice Vicente Di Maio, una pequeña cantidad de granos de pólvora no quemada pueden depositarse en esta zona.

En cambio, en las heridas por contacto anguloso, hay una liberación de gases hacia un lado, el mismo que provoca que una parte en forma angulosa sea chamuscada o se forme de borde negruzcos.

En las heridas por contacto incompleto se da cuando el homicida al momento de asesinar a su víctima, este no coloca el arma en contacto directo con la persona. Las características que presentan estas heridas son: un chorro de gas con hollín oprimido escapa de este espacio, produciendo un área chamuscada y ennegrecida12. Estas heridas por lo general se presentan cuando son por autolesión, ósea, en el caso de suicidios es común encontrar estas características.

2. Heridas a próxima distancia

Estas heridas son las ocasionadas a una distancia de 4 a 10 centímetros aproximadamente, son las que poseen una gran zona de polvo de hollín. Estas heridas se diferencian de las anteriores porque poseen bordes ahumados mucho más amplios, ello se debe al mayor espacio que existe entre la boca de fuego del arma y la piel de la víctima, por lo tanto, mayor liberación de gases que muchas veces no terminan de combustionarse totalmente.

3. El tatuaje

En primer lugar, el tatuaje se forma a una distancia intermedia, es decir, tratándose de armas cortas se forma cuando el homicida realiza los disparos a una distancia de veinticinco centímetros, y en el caso de armas de largo alcance, ello se encontrará a una distancia de setenta y cinco centímetros aproximadamente. El tatuaje aparece por las lesiones ocasionadas por los numerosos granos de pólvora que no han terminado de combustionarse.

Los granos de pólvora que emergen de la boca de fuego pueden depositarse en la zona chamuscada, alrededor de las heridas13. Asimismo, el tatuaje es un fenómeno antemortem, ello no lleva a la conclusión de que la persona o víctima del homicidio estuvo viva al momento del disparo, lo cual es un dato importante para llegar a establecer si el disparo fue ocasionado antes o después de la muerte.

Por otro lado, el tatuaje no se borra con el lavado o limpieza del cadáver. Lo dicho para halo carbonoso respecto a variaciones de elementos interpuesto entre arma y cuerpo vale para el tatuaje14.

4. Otros indicadores del disparo a corta distancia

Un sector de la doctrina considera que los signos de Puppe, Hofmann, Benassi, Kronlein y Fraenckel, son aquellos signos que se ocasionan cuando el disparo se produce a una distancia que oscila entre cero a dos centímetros; ahora estos signos se producen por la cercanía que existe entre la boca de fuego del arma y la superficie (cuerpo). Esto se origina porque existe una ausencia del cono de dispersión por el contacto existente entre el arma de fuego y la superficie15.

Signo de Puppe. El nombre de este signo es en honor al descubridor de tal característica de herida ocasionada por arma de fuego, ello es el investigador Puppe, quien en 1914 dejó sellado su nombre por las características especiales que presentaba está herida, la que consiste en un orificio de entrada ocasionada a corta distancia (disparo de contacto), originándose una lesión erosiva y excoriativa que se apergamina. Se produce un dibujo del diámetro distal del cañón, conocida comúnmente como marca de ganado; este signo representa por su forma y tamaño, sin duda alguna el contacto directo entre el arma de fuego y la superficie impactada16.

Signo de Hofmann. En este signo se observa un abombamiento de la piel y sus bordes evertidos. Esta característica se presenta por la cercanía del disparo y sobre todo por los gases producto de la deflagración de la pólvora. Hay otro sector de la doctrina lo conoce con el nombre de golpe de mina. Del mismo modo, el nombre de este signo fue dado en el año de 1891 por el médico Hofmann.

Signo de Benassi. En el año de 1928, el médico Benassi, dio a conocer este signo que presentaban algunas heridas ocasionadas por arma de fuego. En los disparos de contacto directo, se depositan partículas de pólvora no deflagrada y humo, alrededor del orificio de entrada, en la zona ósea (costillas, omóplato, tibia, cráneo, entre otros huesos), originándose un anillo o halo ennegrecido17. Este signo se caracteriza por presentar alojamiento de granos de pólvora que no terminan de quemarse en su totalidad, todo ello surge por la poca distancia que existe entre la boca de fuego del arma y el cuerpo.

Signo de Kronlein. Existen orificios de curso perforante, los mismos que están conformados por un orificio de ingreso y otro de salida. Entonces, estas características se encontrarán en las heridas de curso perforante, donde los gases que penetran por el orificio de ingreso (cráneo) arrastran y expulsan a través del orificio de salida tejido cerebral, el que se ocasiona como continuidad de su trayectoria.

Signo de fraenckel. Este signo médico se produce por el proyectil disparado por arma de fuego, está representado por un anillo de ahumamiento en la tabla interna de los huesos del cráneo, alrededor del orificio interno.

5. Heridas ocasionadas a distancia

Cuando el homicida realiza disparos para dar muerte a su víctima y esta se da a una distancia mayor a la establecida por corta distancia; en este caso, aquellas heridas no presentarán características de ahumamiento, chamuscamiento, tatuajes u otras características que se ocasionan únicamente cuando el homicida se encuentra a distancias próximas o en contacto directo con la víctima.

XI. TRAYECTORIA Y UBICACIÓN DE LAS HERIDAS OCASIONADAS EN EL CUERPO DEL CADÁVER

Cuando una persona es asesinada con arma de fuego necesariamente se hallarán heridas en su cuerpo, que pueden ser de curso penetrante o perforante. Ahora estas heridas nos brindan información acerca de la posible distancia y posición del homicida con relación a su víctima, para ello, el perito balístico forense tiene que examinar el cuerpo del cadáver con la única finalidad de brindar a los operadores de justicia sobre cuál fue la distancia aproximada en la que se encontraba el homicida en el lugar de los hechos o escena de crimen.

1. Trayectoria

Es la línea descripta en el espacio por el proyectil18. Establecer la trayectoria es de suma importancia en un homicidio, porque en un futuro nos servirá para llevar a cabo una reconstrucción de los hechos, narrar de cómo se suscitaron los acontecimientos; para ello, las heridas que se encuentran en el cuerpo del cadáver son las que nos brindan esta información.

Para establecer la trayectoria debemos de tener en cuenta que el cuerpo humano está dividido por regiones y estas a su vez están separadas por líneas imaginarias del cuerpo como son: la línea media anterior, posterior; línea bicilar, auricular, umbilical y otras que contempla el cuerpo con fines de poder ubicar correctamente una herida y dar con la trayectoria del disparo. Ejemplo de ello: una herida de curso penetrante ubicada en la región frontal derecha; en este caso, la herida tendrá una trayectoria que nos indicará que el homicida realizó el disparo de adelante hacia atrás, que puede ser de arriba hacia abajo o viceversa.

2. Ubicación

La herida por arma de fuego tiene que ser ubicada, detallando en qué región del cuerpo se encuentra.

La trayectoria y la ubicación de la herida van de la mano con la finalidad de poder brindar una mayor información a los encargados de la investigación.

Ahora, la ubicación de la herida, la trayectoria y la distancia aproxi­mada, nos ayudará a deslindar y a diferenciar cuándo estamos ante un homicidio o un supuesto suicidio; teniendo en cuenta que, en este último, el suicida busca poner fin a su vida colocándose el arma de fuego en un lugar característico como es la boca, región de la sien, corazón y maxilar inferior. Existen estudios que han realizado que el 65 % de los varones se quitan la vida colocando el arma de fuego en la región de la sien y las mujeres, por lo general, colocan el arma de fuego a la altura del corazón.

También hay otros estudios que han llegado a establecer que más del 50 % de las mujeres se quitan la vida ingiriendo sustancias venenosas y el 65 % de varones se quitan la vida utilizando arma de fuego. Debemos tener en cuenta que el suicida siempre busca asegurar su muerte, para ello busca colocar el arma de fuego en la región más cómoda y segura de matarse.

CONCLUSIÓN

Los homicidios que son materializados por arma de fuego, siempre dejarán información, es más, gracias al estudio de las heridas ocasionadas, nos permitirá deslindar si estamos ante un suicidio u homicidio, teniendo en cuenta que en el caso de los suicidios las heridas siempre serán por regla general ocasionadas a corta distancia, en su mayoría por contacto.

Entre el homicida y el arma de fuego siempre existe un vínculo muy estrecho, donde el homicida confía en su herramienta (arma de fuego) sin darse cuenta de que en un futuro su propia arma o instrumento letal lo traicionará o lo delatará de tales hechos; porque toda arma de fuego siempre tiene una historia que contar.

La persona, luego de ser asesinada por arma de fuego, se convierte en un objeto valioso de información; es decir, su cuerpo posee información, esta nos la brinda las heridas por arma de fuego, las que tienen ciertas características únicas que nos darán un alcance de la posible distancia y ubicación del homicida al momento de dar muerte a su víctima.

La ubicación y trayectoria de las heridas por arma de fuego son de valiosa importancia en un futuro, porque nos servirán para realizar una reconstrucción de los hechos; cuando así lo amerite y solicite cualquiera de las partes que se encuentran inmersos dentro de un proceso penal.

Referencias bibliográficas

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* Abogado por la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Actualmente cursa la maestría en Ciencias Penales de la Universidad Federico Villarreal. Gerente general del estudio jurídico Mollehuanca & Vargas. Experto en criminalística.

1 CABANELLAS DE TORRES Guillermo. Diccionario enciclopédico de Derecho usual. Heliasta, Buenos Aires, p. 297.

2 CASTILLO CÓRDOVA, Luis. Pautas para interpretar la Constitución y los derechos fundamentales. Gaceta Jurídica, Lima, diciembre de 2009, p. 36.

3 Ibídem, p. 37.

4 Ídem.

5 ROJAS GÓMEZ, Leopoldo E. Medicina legal. Ediciones Jurídicas, Lima, 2008, p. 207.

6 LUNA MALDONADO, A. “Diagnóstico de la muerte cierta”. En: Medicina legal y toxicología. 5ª edición, Masson, Barcelona, 1998, p. 177.

7 CORBELLA CORBELLA, J. Suicidio. Masson, Barcelona, p. 322.

8 VARGAS MELÉNDEZ, Rikell. “La escena de crimen como fuente de información de las diligencias preliminares en el Código Procesal Penal de 2004”. En: Actualidad Penal. Tomo 20, Instituto Pacífico, Lima, 2016, p. 366.

9 Ibídem, p. 373.

10 DI MAIO, Vincent. Heridas por arma de fuego. La Rocca, Buenos Aires, 1999, p. 105.

11 Ibídem, p. 106.

12 Ibídem, p. 109.

13 Ibídem, p. 113.

14 TEKE SCHILICHT, Alberto. Medicina legal & criminalística. Libromar, Santiago de Chile, 2010, p. 92.

15 RUIZ, Wilmer. Balística forense. Investigación probatoria. Wilmer de Jesús Ruiz Carrero, Venezuela, 2010, p. 179.

16 Ídem.

17 Ibídem, p. 180.

18 GUZMÁN, Carlos Alberto. Manual de criminalística. La rocca, Buenos Aires, 2000, p. 317.


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