Derogación de la Ley que promovía el acceso de jóvenes al mercado laboral
Brucy PAREDES ESPINOZA*
La mencionada Ley señala en su único artículo: “Deróguese la Ley Nº 30288, Ley que promueve el acceso de jóvenes al mercado laboral y a la protección social”.
El tenor sumamente lacónico fue una crónica de una derogación anunciada; no solo por el revuelo social que originó, marchas, protestas y críticas de expertos, sino también por la cantidad de proyectos de ley que buscaban la derogación de la controversial norma.
Recordemos que la norma derogada fue presentada como proyecto de ley el 5 de noviembre de 2014, y en tiempo récord se aprobó, promulgándose el 16 de diciembre de 2014, pero al día siguiente, 17 de diciembre, ya se encontraba en mesa de partes un proyecto de ley que propugnaba su derogación.
A este se le sumaron otros siete proyectos, que auspiciaban su derogación, suspensión y modificación.
Cobra vigencia la dramática expresión de Kirchmann:
“tres palabras rectificadoras del legislador y bibliotecas enteras se convierten en basura”, pues se dijo y se escribió bastante sobre la idoneidad, constitucionalidad de la ley, que ahora todo se torna un tema sinsentido y que poco a poco se irá alejando de nuestra percepción hasta desaparecer por completo. Dentro de todo esto, nos olvidamos que la labor legislativa es también procurar el uso eficiente de los recursos del Estado.
La modificación no fue aprovechada para impulsar una reforma laboral que mejore la situación del acceso al empleo de los jóvenes –ya que no es una idea descabellada regular mejores condiciones de contratación, sin que esto signifique desconocer o rebajar derechos laborales–, y un verdadero impulso del Estado que permita apreciar soluciones a largo plazo y no solo medidas paliativas y efímeras.
Se intentará desempolvar el proyecto de la Ley General del Trabajo, que no es más que otra traducción de nuestra idiosincrasia para negociar, pues el proyecto si bien está consensuado en muchos puntos, en los que no está, no existe animo de negociar, olvidando que siempre se debe dar opciones, y no solo una rotunda negación, como ha sucedido con la Ley que promueve el acceso de jóvenes al mercado laboral, cuya solución más sencilla fue sacarla del sistema legal.
* Asesor laboral de Soluciones Laborales. Egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.